La Asamblea General de la ONU aprobó este viernes la “Declaración de Nueva York”, un documento que busca reimpulsar la solución de dos Estados para Israel y Palestina, dejando fuera cualquier participación de Hamas. La propuesta, presentada por Francia y Arabia Saudita, obtuvo 142 votos a favor, 10 en contra —entre ellos los de Argentina, Israel, Estados Unidos y Hungría— y 12 abstenciones.
Desde hace casi dos años, Israel acusa a los organismos de la ONU de no condenar con firmeza el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023, que desató la actual guerra en Gaza. Sin embargo, la declaración adoptada es explícita: “Condenamos los ataques perpetrados el 7 de octubre por Hamas contra civiles” y “Hamas debe liberar a todos los rehenes” que continúan en su poder.
El texto, respaldado por la Liga Árabe y firmado en julio por 17 países durante la primera parte de una conferencia de la ONU sobre la solución de dos Estados, va más allá al señalar que, al finalizar la guerra en Gaza, Hamas debe abandonar su autoridad en la Franja y entregar las armas a la Autoridad Palestina, con apoyo de la comunidad internacional, en pos de un Estado palestino soberano e independiente.
En 2010, Argentina reconoció formalmente a Palestina como “estado libre e independiente”, anuncio realizado por el entonces canciller Héctor Timerman durante el gobierno de Cristina Kirchner. Aquel comunicado recordó que la Autoridad Palestina abrió en 1996 una Misión Diplomática en Buenos Aires y que en 2008 Argentina instaló su Representación Diplomática en Ramallah.
Desde la asunción de Javier Milei, la postura argentina cambió: el presidente no reconoce a Palestina como Estado. En mayo de este año, el país ya había votado contra otra resolución de la ONU que pedía el ingreso de Palestina como miembro pleno, iniciativa que también fue rechazada por Israel y Estados Unidos.
El gobierno israelí calificó de “vergonzosa” la resolución, al considerar que refuerza la posición de Hamas y prolonga la guerra. El portavoz del Ministerio de Exteriores, Oren Marmorstein, expresó en la red social X que Israel “rechaza categóricamente” la declaración y acusó a la Asamblea de haberse convertido en “un circo político desconectado de la realidad”. Además, advirtió que el texto “ignora el simple hecho de que Hamas es el único responsable de la continuación de la guerra” y que “no promueve la paz, sino que alienta a Hamas a seguir combatiendo”. Israel agradeció a los países que votaron en contra o se abstuvieron.
La votación ocurre en la antesala de una cumbre de la ONU que se celebrará el 22 de septiembre en Nueva York, copresidida por Riad y París. En ese encuentro, el presidente francés Emmanuel Macron se comprometió a reconocer formalmente al Estado palestino, afirmando: “Otro futuro es posible. Dos pueblos, dos Estados, viviendo juntos en paz y seguridad”. Macron añadió que “juntos estamos trazando un camino irreversible hacia la paz en el Oriente Medio”.
Además de Francia, otros países manifestaron su intención de reconocer al Estado palestino durante la semana de la Asamblea General. Hoy, cerca de tres cuartas partes de los 193 Estados miembros de la ONU lo reconocen, tras su proclamación en el exilio en 1988.
La declaración aprobada aboga por el fin de la guerra en Gaza y una “solución justa, pacífica y duradera” al conflicto israelo-palestino, basada en la implementación de la solución de dos Estados. También contempla un posible despliegue de una “misión internacional temporal de estabilización” en Gaza, bajo mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, para proteger a la población civil, fortalecer las instituciones palestinas y brindar garantías de seguridad a Palestina e Israel.
No obstante, casi dos años de guerra, la expansión de los asentamientos israelíes en Cisjordania y los planes de anexión de altos funcionarios israelíes generan dudas sobre la viabilidad de un Estado palestino independiente. El primer ministro Benjamin Netanyahu reiteró que “no habrá un Estado palestino”. En paralelo, Estados Unidos anticipó que el presidente palestino, Mahmud Abás, no recibirá la visa necesaria para asistir a la próxima reunión en Nueva York.