El ministro del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF), Alexandre de Moraes, ordenó este lunes la prisión domiciliaria del expresidente Jair Bolsonaro, al argumentar su “reiterado incumplimiento de las medidas cautelares” impuestas en su contra.
En su fallo, Moraes también prohibió al exmandatario recibir visitas, salvo las de abogados o personas expresamente autorizadas por el tribunal, así como el uso de teléfonos celulares, ya sea de forma directa o a través de terceros.
La decisión se basa en que Bolsonaro incumplió las restricciones judiciales impuestas el mes pasado, especialmente por haber participado, mediante un video, en una manifestación realizada este domingo en Copacabana, Río de Janeiro. El video fue difundido por el senador Flávio Bolsonaro, hijo del expresidente, y posteriormente eliminado. Sin embargo, para algunos jueces del Supremo, la publicación de ese contenido representó una violación a las condiciones impuestas en el marco de la investigación por el intento de golpe de Estado.
“Actuando ilegalmente, el acusado Jair Messias Bolsonaro se dirigió a los manifestantes reunidos en Copacabana, Río de Janeiro, produciendo intencional y conscientemente material prefabricado para que sus partidarios continuaran sus intentos de coaccionar al Supremo Tribunal Federal y obstruir la justicia. La llamada telefónica con su hijo, Flávio Nantes Bolsonaro, fue publicada en Instagram”, escribió el magistrado. Según Moraes, esa participación fue “encubierta” y reflejó una “conducta ilegal”.
Además, el juez ordenó a la Policía Federal realizar un allanamiento en la residencia del expresidente para incautar teléfonos móviles y cualquier otro dispositivo que pudiera permitirle conectarse a redes sociales. La propia Policía Federal confirmó más tarde que ejecutó la orden judicial de detención domiciliaria y el decomiso de los aparatos.
Moraes indicó que Bolsonaro violó las medidas cautelares que le prohibían enviar mensajes por redes sociales —propias o de terceros—, y que lo obligaban a portar una tobillera electrónica y a permanecer en su domicilio durante las noches y los fines de semana.
El juez también mencionó mensajes del exmandatario que fueron difundidos el domingo a través de las redes sociales de sus aliados, incluidos sus tres hijos parlamentarios, con “incentivos e instigaciones a ataques al Supremo y apoyo a una intervención extranjera en el Poder Judicial brasileño”.
Dichos mensajes fueron leídos en las marchas realizadas ese mismo día por miles de simpatizantes en diversas ciudades del país. En esas manifestaciones, se reclamó una amnistía para los acusados de golpismo y se expresó apoyo a las sanciones impuestas por el presidente estadounidense, Donald Trump, contra los responsables del juicio a Bolsonaro.
Entre esas sanciones figuran un arancel adicional del 50% a ciertos productos brasileños, cuya eliminación fue condicionada al cese de los procesos contra Bolsonaro. Además, el gobierno de Trump revocó la visa a ocho de los once miembros del Supremo brasileño y ordenó el bloqueo de los bienes del propio Alexandre de Moraes.
“No hay duda de que hubo un incumplimiento de la medida cautelar que le fue impuesta a Jair Messias Bolsonaro”, sostuvo el juez, y agregó que “es necesario la adopción de medidas más drásticas para evitar la continua reiteración delictiva por parte del procesado”.
La prisión domiciliaria se enmarca en la causa que investiga a Bolsonaro como presunto líder de una conspiración destinada a impedir la toma de posesión de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente, tras su victoria en las elecciones de 2022.
Según la Fiscalía, el expresidente discutió con ministros y altos mandos militares la posibilidad de anular los comicios e incluso de asesinar a Lula. También es acusado de haber incentivado el ataque del 8 de enero de 2023 contra las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema, llevado a cabo por miles de bolsonaristas.
Jair Bolsonaro enfrenta así múltiples acusaciones por conspirar junto a decenas de aliados para revertir su derrota electoral de 2022.