“El Toto está crocante de seco, se fumó hasta los puchos del cenicero”. Con esa frase, Jorge Solmi, ex ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, abrió un duro análisis sobre la reciente decisión del Gobierno de bajar las retenciones a los granos.
La medida, oficializada mediante el Decreto 682/2025, “suena lindo” a primera vista, pero Solmi advirtió que “hace rato que en el campo no atamos los perros con chorizos”: no se trata de una política agropecuaria ni de un gesto hacia el productor, sino “pura y exclusivamente una movida para juntar dólares rápido y tratar de aguantar hasta las elecciones”.
1. ¿Por qué lo hicieron?
Según el ex funcionario, “Caputo está seco”. Desde 2024, el Gobierno ya perdió más de 100.000 millones de dólares entre dos cosechas récord, el blanqueo y el nuevo endeudamiento con el FMI. Aun así, entre 2025 y 2026 debe pagar más de 18.000 millones afuera. “Ahora apelan a lo último que queda: los granos que todavía no se vendieron”, sentenció.
2. ¿A quién le sirve?
Solmi fue claro: “Los grandes exportadores y las fábricas son los que tienen la mayor parte del stock”. En cambio, “los medianos y chicos ya vendieron lo que tenían en el primer semestre”. Por eso, “esta jugada no está pensada para el productor común: el beneficio real se lo llevan los grandes jugadores”.
3. ¿Y los que agregan valor?
Allí ve el mayor problema. “Al subir el precio interno del grano, se encarece la ración para los que engordan pollos, cerdos, vacas lecheras. No podés remarcar de un día para el otro, porque la producción lleva tiempo. Mientras tanto, los costos se disparan y la rentabilidad se va a pique”. En criollo, “los sectores que más laburo generan son los que salen perdiendo”.
4. Los alquileres, otra trampa
Más del 70% de los campos se alquilan, la mayoría en quintales de soja o trigo. “Si ya vendiste tu cosecha, pero el alquiler se ajusta con este precio nuevo, vas a tener que poner la diferencia de tu bolsillo. Y ni hablar de las renegociaciones: se viene un lío bárbaro”, advirtió.
5. ¿Y la política agropecuaria?
Para Solmi, “eso es lo que falta”. Una política de verdad “se piensa en años, no para zafar hasta las elecciones”. Con este tipo de manotazos “lo único que generan es incertidumbre: vos tenés que sembrar hoy para cosechar dentro de 6 u 8 meses, y no sabés qué reglas te van a cambiar en el medio”.
6. Las economías regionales, otra vez afuera
En el interior, fuera de la Pampa Húmeda, “la cosa es peor”. Continúan los problemas de competitividad, “encima se les suma la suba de energía y las demoras en la plata que debería bajar la Nación a las provincias”.
Conclusión:
Solmi cerró su análisis sin medias tintas: “Esto no es una política para el agro, es un manotazo fiscal. No ayuda al productor promedio, complica a los que generan trabajo, distorsiona los contratos de alquiler y nos deja en un escenario de mayor incertidumbre. El campo necesita previsibilidad, no medidas que te cambian de caballo en medio del río”.