En un mensaje transmitido por cadena nacional, el presidente Javier Milei realizó un balance de su gestión y lanzó una dura advertencia al Congreso, en medio del conflicto por la aprobación de leyes que, según sostuvo, ponen en riesgo el superávit fiscal. Aseguró que el país enfrenta una disyuntiva clave y anunció dos medidas concretas para blindar las cuentas públicas.
El mandatario abrió su discurso recordando el objetivo con el que llegó al poder: terminar con la inflación y sentar las bases para un crecimiento sostenido. Destacó que, tras un año y medio de gestión, la inflación cayó del 300% interanual al 25% y proyectó que podría desaparecer a mediados del próximo año. Según sus datos, 12 millones de personas salieron de la pobreza —2,5 millones de ellas jóvenes— y la indigencia bajó del 20,2% al 7,3%. “Cerca de 6 millones de personas a las que no les alcanzaba para comer, hoy comen”, afirmó, señalando además que los salarios privados superan a la inflación desde abril de 2024.
Milei admitió que “no se puede arreglar en dos años lo que se destruyó en casi un siglo” y defendió la franqueza de su gobierno al anticipar la dureza del camino. Rechazó sumarse a iniciativas de gasto impulsadas por el Congreso “sin importar las consecuencias”, como —mencionó— hicieron gestiones anteriores.
En ese contexto, lanzó una advertencia directa: “Si quieren volver atrás me van a tener que sacar con los pies para adelante”. Argumentó que, sin acceso al financiamiento internacional debido al historial de defaults, cualquier aumento de gasto se traduciría en emisión monetaria o suba de impuestos, con riesgo de hiperinflación, pobreza y estallido social.
La primera medida anunciada será la firma, el lunes, de una instrucción al Ministerio de Economía para prohibir que el Tesoro nacional financie el gasto primario con emisión monetaria. Con esta decisión, quedará vedada la posibilidad de solicitar dinero prestado al Banco Central para cubrir déficits. Milei sostuvo que la emisión sin respaldo “destruye el valor del dinero en el bolsillo de los argentinos” y fue una de las principales causas de la inflación histórica del país.
La segunda medida será el envío al Congreso de un proyecto de ley para penalizar la aprobación de presupuestos con déficit fiscal. La iniciativa establecerá una regla que exija equilibrio o superávit financiero, con obligación de compensar cualquier aumento de gasto o reducción de ingresos. Además, contemplará sanciones para legisladores y funcionarios que no respeten la norma. “Cada peso nuevo que quieran gastar tiene que tener un nombre y un apellido, tienen que decir de dónde sale y a quién se lo sacan”, enfatizó.
El Presidente cuestionó las leyes aprobadas recientemente, como la moratoria previsional, el aumento salarial docente y mejoras en pensiones por discapacidad, que —calculó— implican un gasto adicional del 2,5% del PBI. Sostuvo que detrás de estas iniciativas hay una motivación de poder político más que un interés genuino por los beneficiarios.
Milei defendió que solo el orden fiscal y monetario permitirá un crecimiento genuino y sostuvo que el país enfrenta dos caminos: el de su gobierno, basado en el superávit y el respeto por los derechos de propiedad, o el del gasto financiado con deuda y emisión, que asoció a crisis recurrentes.
De cara a las elecciones legislativas de octubre, pidió a la sociedad y al Congreso elegir “entre la responsabilidad o el realismo mágico”, y cerró citando a Virgilio y Ludwig von Mises: “Jamás cedamos frente al mal. Vamos a combatirlo con mucha más fuerza”, invocando la bendición de Dios y “las fuerzas del cielo”.