Golpe de Estado en Guinea-Bissau: los militares asumen el poder tres días después de las elecciones presidenciales

Fuerzas armadas tomaron el control institucional tras intensos tiroteos en la capital, detuvieron al presidente Umaro Sissoco Embaló y suspendieron el proceso electoral. La crisis estalló después de unos comicios en los que tanto el oficialismo como la oposición se proclamaron ganadores.

Dinis N'Tchama, portavoz militar de Guinea Bisáu, en la capital Bisáu, el 26 de noviembre del 2025.Foto AP.

Los militares de Guinea-Bissau consumaron este miércoles un nuevo quiebre institucional al anunciar que asumían el “control total” del país, en medio de la suspensión del proceso electoral y el cierre de las fronteras, apenas tres días después de unas controvertidas elecciones legislativas y presidenciales en el convulsionado país de África occidental.

La confirmación llegó por la tarde, cuando el general Denis N’Canha —responsable de la oficina militar de la presidencia— leyó un comunicado ante la prensa, sentado frente a una mesa y rodeado por soldados fuertemente armados. Explicó que un comando integrado “por todas las ramas de las fuerzas armadas” quedaba a cargo de la conducción nacional “hasta nuevo aviso”.

Según fuentes castrenses citadas por AFP, el presidente Umaro Sissoco Embaló, favorito en los comicios del domingo, se encontraba retenido en un edificio detrás del cuartel general acompañado por el jefe del Estado Mayor y el ministro del Interior. Más tarde, miembros del Ejército confirmaron su detención, asegurando que estaba recibiendo un trato adecuado.

El general Denis N’Canha, jefe de la oficina militar de la presidencia, durante una conferencia de prensa en el Estado Mayor en el que anunció haber tomado el “control total” del país. Foto AFP

Tiros, confusión y pánico cerca del palacio presidencial

Horas antes del anuncio, Bissau había sido escenario de fuertes tiroteos que resonaron en el centro de la capital. Tropas se desplegaron en los accesos al palacio presidencial, en un país con una larga secuencia de golpes de Estado e intentos fallidos desde su independencia.

Un soldado detiene un vehículo cerca del Palacio Presidencial de Bissau, donde se escucharon disparos. Foto AFP

Periodistas de AFP describieron calles tomadas por efectivos de la guardia presidencial y de una unidad de élite de la gendarmería, mientras los disparos cesaban de manera intermitente. Cientos de civiles escaparon a pie y en autos, buscando refugio ante el avance de un grupo de hombres armados cuya procedencia aún no había sido determinada.

Testigos consultados por EFE relataron escenas de pánico y un éxodo improvisado hacia barrios periféricos. De acuerdo con una fuente del Ministerio del Interior citada por el periódico local O Democrata, individuos armados irrumpieron en la sede de la Comisión Electoral Nacional y también habrían intentado ingresar al palacio presidencial.

La población en esa zona huyó aterrorizada hacia barrios periféricos, intentando protegerse ante la presencia de un grupo de hombres armados. Foto AFP

El semanario francés Jeune Afrique publicó que el propio Embaló le informó haber sido detenido alrededor del mediodía en su despacho, aunque su ubicación exacta no era clara durante las primeras horas de la tarde.

Las rutas que conducen al palacio fueron totalmente bloqueadas, incluidas las zonas aledañas a la Embajada de Portugal, con militares encapuchados impidiendo el paso de dirigentes políticos que podrían intentar refugiarse allí. Un transeúnte que huyó del área resumió la situación ante AFP: “Estamos acostumbrados a esto en Bissau”.

Una doble proclamación de victoria que precipitó la crisis

La escalada ocurre después de que tanto Embaló como su principal adversario, el candidato independiente Fernando Dias da Costa, se atribuyeran la victoria en las elecciones del domingo. Hasta el miércoles, la votación se había desarrollado sin violencia.

Oscar Barbosa, portavoz de la campaña oficialista, afirmó el martes que “no habrá segunda vuelta” y aseguró que el presidente lograría un nuevo mandato. Dias, por su parte, también se declaró vencedor mediante un video difundido en redes sociales, en el que sostuvo que la elección “fue ganada en primera ronda”.

Los resultados preliminares debían publicarse el jueves, en un país que ya acumuló cuatro golpes de Estado desde su independencia y múltiples intentos fallidos.

Un país históricamente marcado por los quiebres institucionales

Guinea-Bissau arrastra décadas de inestabilidad. Tras proclamarse independiente de Portugal en 1974, atravesó golpes de Estado en 1980, 1998/99, 2003 y 2012, además de crisis políticas recurrentes. La fragilidad institucional convirtió al país en un punto estratégico para el narcotráfico entre América Latina y Europa.

Todas las calles que conducen al palacio presidencial han sido bloqueadas, incluidas las zonas cercanas a la Embajada de Portugal.

Las elecciones del domingo habían sido elogiadas el martes por observadores internacionales —incluida la misión de la Unión Africana— como “libres, democráticas y participativas”. Pero el proceso estuvo atravesado por una controversia central: la exclusión del histórico líder opositor Domingos Simões Pereira y del PAIGC, el partido que encabezó la independencia de Guinea-Bissau.

El Tribunal Supremo los retiró de la lista de candidatos alegando que la documentación había sido presentada fuera de plazo. El PAIGC respaldó entonces a Fernando Dias da Costa, junto con una coalición de fuerzas opositoras.

Personas en la calle en Bisáu, Guinea-Bisáu, el 26 de noviembre del 2025. Foto AP

La oposición acusa al gobierno de manipular el proceso electoral y sostiene que el mandato de Embaló terminó el 27 de febrero, cinco años después de su investidura. En 2023, el presidente disolvió la Asamblea Nacional —con mayoría opositora— y desde entonces ha gobernado mediante decretos.

La última elección presidencial de 2019 ya había derivado en una crisis poselectoral que se extendió durante cuatro meses, con ambos candidatos reivindicando la victoria. Para los comicios de este año, se desplegaron más de 6.780 efectivos de seguridad, incluidos miembros de la fuerza de estabilización de la CEDEAO.

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