Durante el bimestre mayo-junio de 2025, la cantidad de locales vacíos en las principales zonas comerciales de la Ciudad de Buenos Aires creció un 40% respecto al mismo período del año anterior. Así lo refleja el relevamiento más reciente realizado por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), que muestra una radiografía preocupante del sector.
La comparación con el bimestre anterior (marzo-abril) también evidencia un deterioro: hubo un incremento del 12,3% en locales desocupados, pasando de 212 a 238 entre los comercios en venta, alquiler o directamente cerrados.
Dentro del informe, la CAC detalló que los locales en alquiler registraron una leve caída del 4,3% en relación con el bimestre previo. No obstante, si se compara con mayo-junio de 2024, esa misma categoría muestra una suba interanual del 18,9%, revelando una tendencia sostenida de desocupación en los corredores comerciales más importantes de la ciudad.
Frente a esta retracción del comercio físico, crece a pasos agigantados el fenómeno de las compras a través de sistemas de envío por courier. En los primeros cuatro meses de 2025, se contabilizaron más de 402.000 envíos mediante esta modalidad, por un valor total de 59,8 millones de dólares. La cifra representa más del doble de lo importado durante todo 2024, según datos de la Secretaría de Comercio.
La flexibilización de las normas de importación para compras individuales impulsó esta tendencia: desde diciembre pasado, el límite permitido por operación vía courier pasó de US$ 1.000 a US$ 3.000, además de establecerse una exención del pago de aranceles para compras inferiores a US$ 400.
En mayo, el INDEC informó un aumento del 29% en las importaciones generales, pero fue la categoría “Resto” la que tuvo el mayor salto interanual, con un impresionante 194,8%, alcanzando los US$ 45 millones. Según la consultora ACM, este crecimiento se explica principalmente por la expansión del uso de los couriers como canal de adquisición de bienes importados.
Así, mientras el comercio presencial atraviesa un momento crítico, las compras internacionales puerta a puerta se consolidan como una alternativa en alza entre los consumidores argentinos.








