La histórica dirigente de derechos humanos Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, se encuentra bajo observación en una clínica privada de La Plata después de sufrir un episodio de intoxicación. Según confirmaron allegados, su recuperación avanza de manera favorable y existe la posibilidad de que sea dada de alta en breve.
De acuerdo con información difundida por fuentes de la institución y citadas por El Día de La Plata, el estado de la referente de 94 años “no es nada grave”. Los médicos lograron estabilizarla rápidamente y descartaron complicaciones posteriores.
Carlotto permanece internada en la clínica IPENSA, un centro de salud ubicado en la calle 59, entre 3 y 4, en la capital bonaerense, donde fue trasladada de inmediato tras la descompensación. Allí fue ubicada en el segundo piso, en la habitación 222, y continúa siendo evaluada por el personal médico.
La elección de IPENSA respondió a que se trata de un sanatorio de trayectoria en la ciudad, con más de cinco décadas de historia y atención de emergencias durante las 24 horas. El traslado inicial tuvo como objetivo garantizar asistencia rápida y efectiva.
Según confiaron allegados a la dirigente a Tele Sur, pese al malestar inicial, Carlotto se mostró lúcida, tranquila y con una recuperación positiva luego de recibir la primera atención. Por el momento continuará bajo controles de rutina para asegurar que su evolución se mantenga estable.
Cuál fue el motivo de la internación
El ingreso de Carlotto al centro médico se produjo por vómitos y un cuadro de deshidratación, lo que motivó a los médicos a internarla de manera preventiva. Desde la clínica señalaron que ya se encontraba rehidratada y que se había logrado detener los vómitos. Por ese motivo, no descartan que durante la tarde pueda regresar a su domicilio.
Próxima a cumplir 95 años —su cumpleaños es el 22 de octubre—, Carlotto mantiene una vida activa. El 7 de septiembre pasado participó sonriente de las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires, donde fue fotografiada mientras emitía su voto.
Una vida marcada por la lucha y la memoria
Hace apenas unas semanas se recordaron once años de la recuperación de su nieto Ignacio Montoya Carlotto, el caso más emblemático de su historia personal y de la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo.
El 5 de agosto de 2014, tras 36 años de búsqueda incesante, Estela recibió la noticia de que aquel joven que se había acercado a la organización en busca de su identidad era, en efecto, el nieto que había esperado abrazar durante décadas.
Ignacio había nacido el 26 de junio de 1978 en un centro clandestino de detención, mientras su madre, Laura Carlotto —secuestrada desde noviembre de 1977—, permanecía cautiva. Su padre, Walmir Montoya, también había sido apresado ese año. Laura, estudiante de Historia en la Universidad de La Plata, fue asesinada en agosto de 1978; su cuerpo apareció con signos de tortura y un disparo en la cabeza, a los 23 años. Testimonios de sobrevivientes aseguraron que alcanzó a sostener a su hijo unas horas antes de que se lo arrebataran en el Hospital Militar de Buenos Aires.
Desde aquel momento, Estela inició una búsqueda incansable que dio origen a Abuelas de Plaza de Mayo. Con el apoyo de otras mujeres que atravesaban la misma tragedia, recorrió tribunales, hospitales, consulados y habló con presidentes, jueces y científicos. De ese esfuerzo nació el Banco Nacional de Datos Genéticos, una herramienta clave para restituir identidades que hasta hoy permitió recuperar a 140 nietos y nietas.
Hoy, a pocas semanas de cumplir 95 años, la figura de Estela de Carlotto continúa siendo símbolo de lucha y compromiso con la memoria, la verdad y la justicia.