El papa León XIV pidió este domingo orar para que “todos los niños del mundo puedan vivir en paz”, durante la tradicional bendición de las figuritas del Belén del Niño Jesús, que se realiza cada año tras el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.
Al dirigirse a los fieles desde la ventana del Palacio Apostólico, el pontífice hizo un llamado especial a los más jóvenes. “Queridos jóvenes, delante del pesebre, recen a Jesús también por las intenciones del papa. En particular, oremos juntos para que todos los niños del mundo puedan vivir en paz. Les agradezco de corazón”, expresó ante la multitud reunida.
La plaza de San Pedro volvió a ser escenario este domingo de la Bendición de los Niños de Belén, una celebración en la que personas de todas las edades llevan sus figuras del Niño Jesús para que sean bendecidas antes de colocarlas en los pesebres de hogares, escuelas y oratorios.
Durante la ceremonia, León XIV envió “un saludo especial a los niños y jóvenes de Roma”, quienes sostenían figuras de distintos tamaños, desde las más pequeñas hasta las más grandes, en un clima de entusiasmo y recogimiento.
A lo largo de la mañana, catequistas y animadores recibieron a cientos de niños y jóvenes en la plaza, donde se desarrollaron actividades recreativas y juegos antes de la oración del Ángelus y la bendición impartida por el papa.
León XIV, quien participó por primera vez este año de esta tradición, agradeció especialmente al Centro de Oratorios Romanos, entidad impulsora de la iniciativa, que se remonta a la década de 1980 y se repite cada mes de diciembre como antesala de la Navidad.
En el cierre de su mensaje, el pontífice —que transita las últimas semanas del Jubileo de la Esperanza— deseó a los presentes “un buen domingo y una santa y serena Navidad”.
Cierre de una etapa
La audiencia jubilar celebrada el sábado marcó el final de los encuentros de los sábados, que habían sido iniciados en enero por el papa Francisco en el marco del Año Santo 2025 dedicado a la Esperanza.
“El Jubileo está llegando a su fin, pero la esperanza que este Año Santo nos ha dado no termina: seguiremos siendo peregrinos de esperanza”, afirmó León XIV durante su mensaje.
El pontífice estadounidense, que también posee nacionalidad peruana, reflexionó sobre la esperanza como “una virtud teologal” que “genera, no mata”, y la definió como “la verdadera fuerza”.
“Sin esperanza estamos muertos; con esperanza, venimos a la luz”, señaló, al tiempo que advirtió que “lo que amenaza y mata no es fuerza, sino prepotencia, miedo agresivo y maldad que no genera nada”.
Durante el saludo a los peregrinos de lengua inglesa, León XIV insistió en que “la esperanza es más poderosa que las amenazas y la violencia, porque genera vida, la vida de Dios”.
Antes del inicio de la audiencia, el papa recorrió la plaza de San Pedro a bordo del papamóvil, donde saludó a los fieles, bendijo a numerosos niños y se detuvo a dialogar con varios de los asistentes.
