El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par chino, Xi Jinping, sostuvieron este jueves una conversación telefónica que marcó un nuevo intento de distensión en el tenso escenario comercial entre ambas potencias. El diálogo, que se extendió por 90 minutos, se centró casi exclusivamente en cuestiones arancelarias y los desequilibrios en el comercio bilateral, golpeado por meses de medidas proteccionistas y declaraciones cruzadas.
Se trató del primer contacto directo entre ambos líderes en más de cinco meses, en medio de una escalada de tensiones que ha tenido impacto global. Trump calificó la conversación como “muy positiva” en su red Truth Social, mientras que los medios estatales chinos informaron que Xi pidió “redireccionar” la relación y evitar interferencias que dañen el vínculo bilateral.
Uno de los principales avances del diálogo fue el acuerdo para reactivar el canal de negociaciones mediante reuniones presenciales entre sus equipos técnicos, que se realizarán próximamente en una sede aún por definir. Estados Unidos confirmó la participación del secretario del Tesoro, Scott Bessent; el secretario de Comercio, Howard Lutnick; y el representante comercial, Jamieson Greer.
En el intercambio también se abordaron temas sensibles como la producción y comercialización de tierras raras, sobre los cuales Trump aseguró que “ya no deberían generar más incertidumbre”, insinuando algún entendimiento técnico en ese punto.
Ambos presidentes se extendieron invitaciones mutuas para visitas oficiales, aunque no se brindaron detalles sobre posibles fechas. Trump remarcó que, como líderes de dos potencias globales, esperan concretar pronto ese encuentro en persona.
Panorama de fondo: caída del comercio y nuevos aranceles
La comunicación entre los jefes de Estado se produce tras la publicación de un dato significativo: el déficit comercial de Estados Unidos cayó un 55,5% en abril, una de las reducciones más drásticas registradas, según el Departamento de Comercio. Este fenómeno coincidió con una fuerte disminución de las importaciones y la entrada en vigor de aranceles del 10% sobre casi todos los socios comerciales estadounidenses.
Con China, el intercambio comercial se encuentra en su punto más bajo desde la pandemia. Las importaciones desde el país asiático se redujeron drásticamente, mientras empresas y consumidores estadounidenses moderan su demanda ante la falta de claridad sobre el futuro marco arancelario.
Además, la tensión se profundizó luego de que Trump acusara a Pekín de incumplir un acuerdo comercial preliminar firmado en mayo. China rechazó la acusación. Paralelamente, Washington duplicó los aranceles sobre el acero y el aluminio, medida que fue criticada por Beijing como un gesto “proteccionista” que atenta contra la estabilidad del comercio global.
Aunque no se abordaron otros temas sensibles como la guerra en Ucrania o el programa nuclear iraní, el nuevo acercamiento entre Trump y Xi Jinping podría abrir un capítulo de mayor cooperación si las futuras negociaciones logran avances concretos.