El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvo este martes en Nueva York un encuentro con su par ucraniano, Volodimir Zelensky, al margen de la Asamblea General de Naciones Unidas. Allí afirmó que los países de la OTAN deberían actuar con firmeza y derribar aviones rusos que ingresen sin autorización en su espacio aéreo.
Al ser consultado por la prensa sobre si los aliados de la alianza atlántica debían abatir aeronaves rusas en caso de incursiones, respondió de manera directa: “Sí, lo creo”. Sin embargo, ante la pregunta sobre si apoyaría incondicionalmente a los miembros de la OTAN, matizó: “Depende” de las circunstancias.
La advertencia llega tras una serie de incidentes recientes: tres cazas rusos ingresaron al espacio aéreo de Estonia, lo que motivó pedidos de consulta formal dentro de la organización. A ello se suman drones y aeronaves militares que han sobrevolado Polonia sin permiso y ataques con misiles sobre ciudades ucranianas, con saldo de víctimas civiles y graves daños materiales.
Trump evitó pronunciarse sobre la voluntad del presidente ruso, Vladimir Putin, de negociar una salida al conflicto. “Te lo haré saber dentro de un mes, ¿de acuerdo?”, señaló al ser consultado sobre si mantenía la confianza en el líder del Kremlin, con quien se reunió recientemente en Alaska.
Zelensky, por su parte, agradeció al mandatario estadounidense sus “esfuerzos personales para detener esta guerra”.

Más tarde, en su discurso ante la 80° Asamblea General de la ONU, Trump advirtió que su gobierno prepara “una ronda muy fuerte de potentes aranceles a Rusia” para presionar al retiro de tropas del territorio ucraniano. Además, pidió a los países europeos frenar la compra de petróleo ruso y sostuvo que no aplicará sanciones adicionales sin una acción coordinada de sus socios.
El presidente ucraniano llegó a Nueva York en un contexto de gran presión en el frente de batalla, donde las fuerzas locales llevan más de tres años enfrentando la ofensiva rusa. El lunes por la noche mantuvo un encuentro con Keith Kellogg, enviado especial de Washington, en el que se discutieron proyectos de cooperación militar, como la fabricación de drones y la adquisición de armamento estadounidense.
La guerra continúa golpeando con fuerza a la población civil. De acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, las víctimas no combatientes aumentaron un 40% en los primeros ocho meses del año respecto al mismo período anterior. El informe también denunció abusos sistemáticos en territorios ocupados, incluyendo torturas, malos tratos y violencia sexual contra civiles ucranianos.
En las últimas horas, Rusia lanzó una nueva ofensiva: cinco bombas cayeron sobre Zaporizhzhia, causando la muerte de un hombre; misiles balísticos impactaron en la ciudad de Tatarbunary, en Odesa, donde murió una mujer; y se desplegaron tres misiles Iskander junto a 115 drones de ataque y distracción. Si bien 103 fueron interceptados, más de una docena lograron impactar en seis zonas diferentes.
La situación humanitaria sigue siendo crítica, mientras los líderes internacionales debaten en la ONU posibles caminos para contener la violencia en Europa del Este y buscar una salida al conflicto más sangriento en el continente desde la Segunda Guerra Mundial.