En un acto histórico celebrado en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto al presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, sellaron un acuerdo de paz que pone fin a un conflicto que se extendió por más de 35 años.
La disputa entre ambos países gira en torno a la región de Nagorno Karabaj, un territorio de mayoría armenia ubicado dentro de las fronteras de Azerbaiyán, que desde finales de los años 80 fue fuente de enfrentamientos y guerras. Tras la recuperación total del control de esta zona por parte de Azerbaiyán en 2023, casi 100 mil armenios étnicos huyeron a Armenia, marcando un punto crítico en la disputa.
Durante la ceremonia en Washington, Trump destacó el acuerdo como “un gran paso hacia la amistad duradera” y una oportunidad para fomentar la cooperación económica y la seguridad en el Cáucaso. El mandatario aseguró que ambas naciones se comprometieron a poner fin a las hostilidades, establecer relaciones diplomáticas y respetar la integridad territorial de cada una.
Uno de los puntos centrales del tratado es la creación de un corredor estratégico de tránsito, llamado “Ruta Trump para la Paz y la Prosperidad Internacional”, que conectará Azerbaiyán con su enclave de Najicheván a través de Armenia. Esta vía será desarrollada con participación exclusiva de Estados Unidos, buscando consolidar la influencia estadounidense en la región y disminuir la presencia rusa, tradicionalmente dominante.
Trump afirmó que se firmaron acuerdos adicionales con ambos países para ampliar la colaboración en energía, comercio y tecnología, incluyendo inteligencia artificial. Además, anunció el levantamiento de las restricciones impuestas en 1992 a la cooperación militar con Azerbaiyán, lo que fue recibido con gratitud por Aliyev.

Tanto Aliyev como Pashinyan expresaron su reconocimiento al papel de Trump en la consecución de la paz, calificando el día como “histórico” y “un milagro”. Ambos líderes manifestaron su intención de postular al presidente estadounidense para el Premio Nobel de la Paz, propuesta que Trump agradeció con humor y destacó como un reconocimiento a sus esfuerzos diplomáticos, en contraste con la gestión anterior.
El acuerdo llega luego de que en marzo se definieran los términos del tratado de paz, con la condición de que Armenia modifique su Constitución para renunciar a cualquier reclamación territorial sobre Nagorno Karabaj, un paso que Pashinyan se comprometió a someter a referéndum en 2027, a pesar de la división interna que genera esta decisión, ya que la pérdida de Karabaj sigue siendo un trauma para muchos armenios.
Este histórico pacto marca un antes y un después para una región marcada por décadas de tensiones y abre una nueva era de diálogo y desarrollo en el Cáucaso Sur, mientras Estados Unidos afianza su presencia estratégica en un territorio clave.








