El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este domingo que mantuvo una conversación telefónica con Nicolás Maduro, aunque evitó ofrecer precisiones sobre el contenido del intercambio.
El anuncio se produjo a bordo del Air Force One, donde el mandatario fue consultado por la prensa acerca de reportes publicados por distintos medios.
“La respuesta es sí”, afirmó al ser preguntado por la llamada. Frente a consultas sobre cómo transcurrió el diálogo, se limitó a decir: “No diría que salió bien ni mal. Fue una llamada telefónica”. Luego añadió que se trata de un tema “muy complicado”, sin ampliar los alcances del contacto.
La confirmación llega en medio de una escalada de presión desde Washington. Según fuentes consultadas, Trump, acompañado por el secretario de Estado Marco Rubio, advirtió a Maduro que Estados Unidos intensificará sus acciones militares si no abandona el poder.
Ante las versiones periodísticas sobre un supuesto encuentro en evaluación entre ambos líderes, un vocero negó rotundamente que exista un acercamiento orientado a negociar una transición. “Es un invento”, remarcó la fuente, descartando cualquier margen de maniobra diplomático para el régimen chavista.
En este contexto, los referentes opositores Edmundo González Urrutia y María Corina Machado aguardan un cambio definitivo en el poder que permita iniciar una transición democrática y pacífica. Las recientes declaraciones de Trump también evidencian un endurecimiento de su posición frente a Maduro.
Durante el intercambio con periodistas en el avión presidencial, el mandatario estadounidense sostuvo que el espacio aéreo venezolano debía considerarse cerrado porque su administración no ve al país como “amistoso”. Aseguró, además, que desde territorio venezolano ingresó a Estados Unidos un alto número de personas provenientes de “cárceles, pandillas y redes de narcotráfico”. Consultado sobre si ese diagnóstico implicaba acciones militares inminentes, respondió: “No interpreten nada”.
Tras estas advertencias, seis aerolíneas internacionales suspendieron vuelos hacia y desde Venezuela. Como represalia, la dictadura chavista revocó sus permisos y acusó a las compañías de “sumarse a acciones de terrorismo de Estado promovido por Estados Unidos”.
El senador republicano Markwayne Mullin confirmó luego que Washington ofreció una vía de salida para Maduro. “Le dimos la oportunidad de irse. Le dijimos que podía ir a Rusia o a otro país”, señaló en una entrevista con CNN. Aclaró que la administración Trump busca aumentar la presión sin desplegar tropas en territorio venezolano. Integrante del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, subrayó que el objetivo es “proteger nuestras propias costas”.
Estas gestiones diplomáticas se desarrollan mientras Estados Unidos ejecuta un amplio operativo en la región. Trump advirtió esta semana que los esfuerzos para frenar el narcotráfico venezolano “por tierra” comenzarían “muy pronto”.
En los últimos días, sitios especializados en seguimiento aéreo detectaron una intensa actividad de aviones de combate estadounidenses a escasa distancia de las costas venezolanas. Países vecinos como República Dominicana autorizaron el uso de instalaciones aeroportuarias, mientras Trinidad y Tobago albergó ejercicios recientes del Cuerpo de Marines.
El reforzamiento militar incluye una mayor presencia de escuadrones y ataques selectivos contra embarcaciones en el Caribe y el Pacífico oriental, medidas que Washington enmarca en la lucha contra el narcotráfico que —según sus informes— coordina el régimen venezolano.
