El gobierno de Estados Unidos deslizó la posibilidad de habilitar un nuevo canal de contacto con el dictador venezolano Nicolás Maduro, justo después de que el Departamento de Estado iniciara el proceso para catalogar al Cártel de los Soles —red criminal vinculada a altos mandos chavistas— como organización terrorista extranjera (FTO, por sus siglas en inglés).
En paralelo, Washington advirtió que el país podría enfrentar un invierno extremo debido a la combinación del fenómeno La Niña y el vórtice polar, aunque la atención internacional quedó capturada por las declaraciones del presidente de Estados Unidos Donald Trump.
“Podríamos tener conversaciones con Maduro, y veremos qué sucede. Ellos quieren hablar… Y yo hablo con cualquiera”, sostuvo el mandatario desde Florida, confirmando que Caracas intenta reabrir un canal político justo cuando Estados Unidos intensifica su cerco diplomático y operativo.
El mensaje de Trump llega en momentos de incremento militar en zonas estratégicas del Caribe y el Pacífico. Este domingo, el portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande de la flota estadounidense, ingresó en aguas caribeñas siguiendo órdenes directas del presidente para reforzar la lucha contra el narcotráfico y presionar al régimen venezolano.
El mandatario justificó el despliegue asegurando que “tenemos un gran apoyo porque todo esto se trata de drogas”. Sostuvo además que, en el caso venezolano, a esa problemática se suman “miles, cientos de miles de personas que arrojaron a nuestro país”, entre los que mencionó miembros del Tren de Aragua, narcotraficantes y criminales.
Mientras tanto, el Departamento de Estado confirmó formalmente la designación del Cártel de los Soles como organización terrorista extranjera, vinculando su estructura a la cúpula política y militar que responde a Maduro. La medida, que entra en vigencia el 24 de noviembre, habilita nuevas sanciones y acciones directas contra activos, bienes y redes asociadas a ese entramado delictivo.
Consultado sobre si esta decisión abre la puerta a operaciones militares contra infraestructura dentro de Venezuela, Trump respondió que “la designación nos permite hacerlo”, aunque aclaró que no hay una decisión tomada y que esas discusiones podrían formar parte del eventual diálogo.
En su comunicado, el secretario de Estado Marco Rubio señaló que la red criminal está “liderada por Nicolás Maduro y altos miembros del régimen ilegítimo”, a quienes acusó de corromper instituciones como el Ejército, los servicios de inteligencia, la Asamblea y el Poder Judicial. También vinculó al Tren de Aragua y al Cartel de Sinaloa como parte del circuito de violencia y narcotráfico que golpea al hemisferio y que abastece de drogas a Estados Unidos y Europa.
A esto se suma la recompensa que ofrece Washington por la captura del dictador venezolano, y el anuncio de la destrucción de otra embarcación dedicada al tráfico de drogas en el Pacífico oriental, dentro de la Operación Lanza del Sur. Según el Comando Sur, ya son 21 las embarcaciones neutralizadas y más de 80 los narcoterroristas abatidos desde septiembre.
Rubio remarcó que “ni Maduro ni sus cómplices representan al gobierno legítimo de Venezuela”, garantizando que Washington empleará todas las herramientas diplomáticas, jurídicas y militares para debilitar las operaciones del régimen y sus aliados.
En este escenario de máxima tensión, Trump reiteró que, a pesar de la escalada militar y legal, no descarta contactos directos con la dictadura. Señaló incluso que la iniciativa de un acercamiento provino de Caracas: “Ellos quisieran hablar”, expresó, aunque admitió que no está claro qué temas pretenden incluir en una eventual agenda.
Medios estadounidenses informaron sobre intentos previos del chavismo por negociar con la administración Trump. El Miami Herald reveló que Delcy Rodríguez habría ofrecido un gobierno de transición sin Maduro, mientras que The New York Times aseguró que el régimen propuso abrir el sector petrolero y el oro a empresas estadounidenses y desviar exportaciones de combustible de China hacia Norteamérica.
Desde Caracas, figuras como Diosdado Cabello insisten en negar la existencia del Cártel de los Soles, acusando a Estados Unidos de inventarlo como herramienta de presión. Cabello llegó a decir que ese cartel “ha tenido como 300 jefes” según la narrativa estadounidense.
A pesar de los desmentidos, Washington avanza con nuevos mecanismos de presión. La designación del Cártel de los Soles como FTO y el creciente despliegue naval refuerzan la ofensiva contra un régimen al que no reconoce como legítimo y al que vincula con delitos transnacionales, terrorismo y narcotráfico.








