El melanoma representa el 4% de los tumores malignos de piel, pero es responsable del 75% de las muertes por esta enfermedad. Su detección temprana puede salvar vidas, por eso es clave reconocer sus señales de alerta y adoptar medidas preventivas.
¿Qué es el melanoma?
El melanoma maligno es un tipo de cáncer de piel que se origina en los melanocitos, las células encargadas de producir melanina, el pigmento que da color a la piel. Aunque puede curarse si se detecta a tiempo, también es uno de los tumores más agresivos, ya que tiende a propagarse rápidamente a otros órganos.
Este tipo de cáncer suele manifestarse como:
- Lunares nuevos o cambios en los ya existentes
- Alteraciones en tamaño, forma o color
- Comezón, sangrado o dolor en un lunar
Factores de riesgo
La piel, como órgano más extenso y expuesto del cuerpo humano, está constantemente afectada por factores que aumentan el riesgo de melanoma:
- Radiación ultravioleta (UV): por exposición solar o uso de camas solares.
- Edad: más común entre los 30 y 60 años.
- Género: aunque afecta a hombres y mujeres por igual, en mujeres jóvenes suele aparecer en extremidades, y en hombres en el tronco, cuello o rostro.
- Antecedentes familiares o mutaciones genéticas.
- Lunares atípicos o múltiples (nevus) y lunares grandes congénitos.
¿Cómo reconocer un melanoma? Regla “ABCDE”
Para detectar posibles melanomas, se recomienda aplicar esta regla visual sobre los lunares:
- A – Asimetría: una mitad del lunar no coincide con la otra.
- B – Bordes: irregulares, desiguales o mal definidos.
- C – Color: múltiples tonalidades en un mismo lunar.
- D – Diámetro: mayor a 6 mm o crecimiento progresivo.
- E – Evolución: cambios en tamaño, forma, color o síntomas como picazón o sangrado.

¿Cómo prevenir el melanoma?
La prevención es clave en la lucha contra el melanoma. Estas son algunas medidas importantes:
- Evitar la exposición solar directa entre las 12 y 16 hs, incluso en días nublados.
- Usar protector solar con factor adecuado al tipo de piel, y renovarlo cada 2 horas.
- Incorporar barreras físicas: sombreros, gafas de sol, ropa de manga larga.
- Hidratarse bien, especialmente en días calurosos.
- Realizar autoexámenes regulares de la piel, y consultar a un dermatólogo ante cualquier cambio.
En caso de sospecha, una biopsia cutánea permite confirmar el diagnóstico. Un control a tiempo puede marcar la diferencia.