El 28 de mayo se conmemora el Día Internacional del Juego, una fecha que destaca la importancia fundamental del juego en el desarrollo físico, emocional y social de los niños. Instituido por diversas organizaciones educativas y culturales, su propósito es revalorizar el derecho al juego, promoviendo políticas y prácticas que garanticen espacios de juego libre y creativo.
Desde tiempos remotos, el juego ha sido una herramienta clave para la transmisión de conocimientos, valores y habilidades, adaptándose a distintas culturas y épocas. En la actualidad, se reconoce aún más su rol como motor de aprendizaje e inclusión social. Este día invita a reflexionar sobre la relevancia del juego en la infancia contemporánea y su evolución en el siglo XXI.
Desde las primeras civilizaciones, los niños practicaban juegos tradicionales como la rayuela, combinando diversión, movimiento físico y habilidades motoras. Con el paso del tiempo, el juego acompañó el crecimiento humano, evolucionando desde actividades simples como el cubo Rubik, juegos de roles con superhéroes y muñecas, hasta el diseño de juguetes complejos y tecnológicos.
Sin embargo, la esencia del juego permanece intacta: estimular la imaginación, creatividad y sociabilidad. En la era digital, el juego sigue evolucionando, integrando nuevas tecnologías que amplían las posibilidades de creación y experimentación.
Un ejemplo de esta evolución es el lanzamiento de Mr Beast Lab, el innovador proyecto de Jimmy Donaldson (Mr Beast), conocido por sus desafíos virales y donaciones millonarias. Ahora incursiona en el mundo de los juguetes con una propuesta que transforma a los niños en pequeños científicos, permitiéndoles crear criaturas míticas mediante combinaciones de elementos seguros y reacciones sorprendentes.

“Este juguete busca trasladar la emoción de sus videos a una experiencia física, interactiva y educativa”, señaló Cristina Caffaro de Vulcanita. La propuesta combina juego tradicional, ciencia e innovación, fomentando la creatividad, curiosidad científica y resolución de problemas.
Desde sus inicios en redes sociales, este tipo de juego se ha centrado en la experimentación y el descubrimiento. Cada combinación de materiales desencadena efectos visuales y sonoros que estimulan la curiosidad y el aprendizaje activo. Además, enseña a los niños a ver los errores como parte esencial del proceso creativo, fomentando confianza, perseverancia y pensamiento lateral.