Cada 13 de junio se celebra en la Argentina el Día del Escritor, en conmemoración del nacimiento de Leopoldo Lugones (1874–1938), uno de los autores más influyentes de la literatura nacional.
Nacido en Villa de María del Río Seco, en el norte cordobés, Lugones no solo dejó un legado inmenso como poeta, cuentista, ensayista y novelista, sino que fue un actor cultural y político central en su época.
En 1928, fundó la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), donde fue su primer presidente. Tras su trágico suicidio en 1938, la SADE estableció el 13 de junio como el Día del Escritor en su memoria.
Entre sus obras más destacadas se encuentran:
- La guerra gaucha
- Lunario sentimental (1909)
- El payador (1916)
- El ángel de la sombra (su única novela)
- Las montañas de oro (1897), donde aparece su emblemático poema “La voz contra la roca”
Lugones impulsó una renovación del lenguaje literario en Buenos Aires, influenciado por el simbolismo europeo. También reivindicó al gaucho como símbolo identitario, en contraposición con la visión melancólica de José Hernández.
Su vida estuvo atravesada por el compromiso con la identidad nacional, convencido de que la lengua era el núcleo de la argentinidad. “El idioma es la patria”, sostenía.
El 18 de febrero de 1938, Lugones se quitó la vida en el recreo El Tropezón, en el Delta de San Fernando. Las razones siguen siendo objeto de debate: ¿desengaño amoroso, presión política, crisis existencial?
A pesar del paso del tiempo, la figura de Lugones sigue despertando interés. Jorge Luis Borges lo consideró uno de los pilares de la literatura argentina y le dedicó el prólogo de El hacedor en 1960.
Hoy, su legado literario sigue vigente, y el Día del Escritor es una oportunidad para celebrarlo.