El 13 de mayo es una fecha de profunda espiritualidad para millones de fieles católicos: se celebra el Día de la Virgen de Fátima, en recuerdo de la primera de las seis apariciones marianas ocurridas en 1917 en la localidad de Cova da Iria, cerca de Fátima, Portugal. La devoción a esta advocación mariana es una de las más extendidas en el mundo, y en Argentina cuenta con una creciente cantidad de seguidores que cada año expresan su fe en iglesias, santuarios y peregrinaciones.
¿Qué ocurrió el 13 de mayo de 1917?
Según el relato de la Iglesia Católica, la Virgen María se apareció por primera vez el 13 de mayo de 1917 a tres niños pastores: Lucía dos Santos y sus primos Francisco y Jacinta Marto. Las apariciones se repitieron los días 13 de cada mes hasta octubre de ese mismo año. En cada una de ellas, la Virgen transmitió mensajes de paz, oración y penitencia, en el marco de un mundo convulsionado por la Primera Guerra Mundial.
Uno de los puntos más difundidos fue el llamado “secreto de Fátima”, dividido en tres partes, que habría contenido revelaciones sobre el futuro de la humanidad, el infierno, la conversión de Rusia y atentados contra líderes religiosos.
Fátima en el corazón del pueblo argentino
En Argentina, la devoción a la Virgen de Fátima tiene una fuerte presencia, especialmente en zonas del interior del país. El Santuario de la Virgen de Fátima en Villa Elisa (Buenos Aires) y el de San Nicolás (provincia de Buenos Aires) concentran gran parte de las celebraciones litúrgicas y peregrinaciones. Este 13 de mayo, se programaron misas especiales, procesiones, rezos del rosario y bendiciones comunitarias en distintos puntos del país.
También hay celebraciones destacadas en Salta, Córdoba, Tucumán y Mendoza, donde la fe popular y las muestras de agradecimiento por supuestos milagros atribuidos a la Virgen ocupan un lugar central en la vida de los devotos.
¿Por qué es considerada la “Virgen de los milagros”?
Muchos fieles afirman haber recibido gracias y sanaciones atribuidas a la intercesión de la Virgen de Fátima. Su imagen es asociada con la protección frente a situaciones extremas, especialmente enfermedades, conflictos familiares, y pedidos de paz. El mensaje central de las apariciones —orar por el mundo y por los pecadores— continúa vigente y moviliza a miles de personas en todo el planeta.
Reconocimiento oficial de la Iglesia
Las apariciones de Fátima fueron oficialmente reconocidas por la Iglesia Católica en 1930, luego de una investigación canónica. En 2000, el papa Juan Pablo II canonizó a los pastorcitos Francisco y Jacinta Marto, y en 2017, en el centenario de las apariciones, el Papa Francisco visitó Fátima y volvió a destacar su relevancia espiritual.