Las autoridades chilenas confirmaron el hallazgo de tres nuevos cuerpos sin vida en la mina El Teniente, ubicada en la comuna de Machalí, lo que elevó a cuatro el número de víctimas fatales tras el derrumbe ocurrido el pasado 31 de julio. El yacimiento, a unos 100 kilómetros de Santiago, se vio afectado por un fuerte sismo que también dejó nueve trabajadores heridos, quienes lograron salir de la mina y se encuentran fuera de peligro.
La búsqueda continúa para dar con los dos operarios que aún permanecen desaparecidos. Las autoridades investigan si el temblor fue de origen natural —producto del movimiento telúrico que sacudió la región el jueves por la tarde— o si fue provocado por actividades propias del yacimiento de cobre.
Los medios locales identificaron a las últimas víctimas encontradas como Alex Araya Acevedo y Carlos Andrés Arancibia Valenzuela. Ambos se sumaron a Gonzalo Ignacio Núñez Quiroga, cuyo cuerpo fue hallado durante la mañana del sábado. La primera víctima confirmada había sido Pablo Marín Tapia, operario del Proyecto Andesita, según informó el fiscal regional de O’Higgins, Aquiles Cubillos.
Los equipos de rescate continuaron trabajando intensamente para dar con los desaparecidos y alcanzar la zona exacta del colapso, aún inaccesible por las complejas condiciones del terreno.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, visitó el sitio de la tragedia el sábado temprano, se reunió con los familiares de las víctimas y participó en los operativos junto a miembros de su gabinete, personal de la fiscalía y agentes de la Policía de Investigaciones (PDI). Boric aseguró que se están haciendo todos los esfuerzos posibles “con toda la tecnología disponible, no en Chile, en el mundo” para rescatar a los trabajadores atrapados.
El Ministerio de Minería ordenó la suspensión total de actividades en la mina desde el viernes para facilitar las tareas de rescate. Participan especialistas con experiencia en el emblemático caso de los 33 mineros que estuvieron atrapados durante más de dos meses en el desierto de Atacama en 2010.
Chile, una de las principales potencias mineras del mundo por sus reservas de cobre y litio, registra una alta actividad sísmica. Esto, sumado a la intensidad de las operaciones extractivas, hace que los accidentes mineros no sean infrecuentes.
Los operarios fallecidos y los heridos formaban parte de la empresa contratista Gardilcic, que presta servicios a la cuprífera estatal. Hasta el momento no trascendieron más datos sobre Araya Acevedo y Arancibia Valenzuela, las últimas víctimas en ser halladas.