El Tribunal Oral Federal N°1 de Salta condenó a seis años de prisión a una mujer de 20 años por transportar 27 kilos de cocaína escondidos en el tanque de combustible de su vehículo. Se trata de Candela Ayelén Aguirre, quien había sido detenida en marzo durante un control vehicular, cuando la droga fue hallada dentro de su Chevrolet Cruze. En ese momento, la joven aseguró que se dedicaba al comercio de ropa y viajaba acompañada por Gastón Gabriel Garino.
La acusada fue considerada coautora del delito de transporte de estupefacientes agravado por la cantidad de intervinientes, tal como lo solicitaron la fiscal subrogante Paula Gallo y los jueces Gabriela Catalano, Marta Snopek y Marcelo Juárez Almaraz. La resolución incluyó además el decomiso del automóvil utilizado para el traslado de la droga, que quedó bajo la órbita del Estado nacional.
La sentencia de Aguirre se sumó a la condena impuesta previamente a su acompañante, quien en julio recibió tres años de prisión en suspenso tras un juicio abreviado homologado por la jueza Mariana Inés Catalano, de la Sala II de Revisión.
El caso se inició cuando efectivos de Gendarmería Nacional detuvieron el auto conducido por Garino en un control de rutina. Aguirre viajaba como acompañante y ambos manifestaron haber partido del norte salteño con destino a La Rioja.
Durante la inspección inicial, los gendarmes advirtieron que ninguno figuraba como titular del vehículo, lo que despertó sospechas. También detectaron tornillos removidos y otras alteraciones en el tanque de combustible. Esas señales motivaron una revisión más profunda en la sede de la fuerza, donde se procedió al desarme completo del tanque.
En el interior hallaron treinta paquetes envueltos en plástico, con un peso total de 27 kilos y un nivel de pureza superior al 70%. Los peritos calculan que la sustancia habría permitido producir aproximadamente 176.500 dosis.
La investigación derivó en la detención y procesamiento de ambos como coautores del delito de transporte de estupefacientes agravado por la intervención de varias personas. Durante la instrucción, Garino aceptó un juicio abreviado, pero Aguirre llegó a debate oral, donde el tribunal concluyó que existían pruebas suficientes para imponerle una pena de cumplimiento efectivo.
En la audiencia, Aguirre negó cualquier relación con la droga. Sostuvo que viajaba a Orán para comprar ropa destinada a la venta y afirmó desconocer el cargamento. Un testigo declaró a su favor, asegurando que no tenía vinculación con el delito.
Sin embargo, los análisis de sus redes sociales y comunicaciones telefónicas mostraron otra cosa: su actividad digital reflejaba contactos frecuentes con R. C., otro sospechoso detenido en agosto en Caucete, San Juan, también en un control de Gendarmería. Los mensajes y reacciones entre ambos fueron considerados relevantes por los investigadores.
El tribunal evaluó como inconsistentes las versiones de la joven. Destacó que en el vehículo no había mercadería relacionada con el supuesto negocio de ropa, y que no existían registros bancarios ni actividad laboral formal a su nombre. Además, un testigo mencionó el uso de un alias inspirado en un personaje criminal ficticio, lo que fue interpretado como parte de una estrategia defensiva, aunque la decisión judicial se basó principalmente en la evidencia documental reunida.
La causa continúa abierta por la posible participación de otras personas, entre ellas R. C., investigado también por hechos similares. Tras el fallo, la Justicia ordenó entregar el auto incautado al Estado nacional y ejecutar la condena impuesta a Aguirre, mientras avanzan las investigaciones para determinar el rol del resto de los involucrados.

