Un nuevo debate sobre el huso horario se instalará esta semana en el Congreso Nacional. El diputado mendocino Julio Cobos presentó un proyecto para modificar la Hora Oficial Argentina, atrasando los relojes una hora y ubicando al país en el huso -04 GMT, como ocurrió históricamente hasta mediados del siglo XX.
El objetivo central de la iniciativa es alinear la hora oficial con el ciclo solar, algo que —según especialistas— permitiría reducir el consumo de energía eléctrica en hogares, oficinas y comercios, además de mejorar la calidad de vida al adaptar las rutinas diarias a los horarios naturales de luz.
Una propuesta con antecedentes históricos
Argentina se rigió por el huso -04 GMT desde 1920, pero en 1969 se decidió adelantar una hora y establecer el horario actual (-03 GMT). Durante las décadas siguientes, se aplicaron cambios estacionales con el famoso “horario de verano”, aunque en 2009 se discontinuó definitivamente esa modalidad.
La última legislación relevante sobre el tema fue la Ley 26.350, que preveía un esquema dual (invierno/verano), pero hoy se encuentra sin efecto. Desde entonces, la discusión quedó en pausa, pese a que organismos científicos y especialistas en energía vienen insistiendo con revisar la política horaria del país.
Beneficios energéticos y sociales
El principal argumento técnico del proyecto es la eficiencia energética. Según un informe de la doctora Andrea Pattini, investigadora del CONICET y directora del Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (INAHE), existe un “desfasaje horario” entre la luz natural y la rutina social de los argentinos que provoca un uso excesivo de iluminación artificial, especialmente por las tardes.
Atrasar los relojes permitiría aprovechar mejor la luz matutina, reduciendo la demanda eléctrica en momentos clave del día. Este punto cobra mayor relevancia en un contexto internacional marcado por la volatilidad de los precios del gas, el petróleo y la electricidad, producto de la guerra en Ucrania y las tensiones en Medio Oriente.
Impacto en la vida cotidiana
De aprobarse el proyecto, la medida modificaría el horario en todo el país y tendría efectos inmediatos en la organización de la jornada laboral, los horarios escolares, el transporte y otros servicios públicos. Si bien los primeros días podrían generar molestias, como ocurre con el horario de verano en otros países, los impulsores de la propuesta aseguran que la adaptación es rápida y los beneficios se notan a mediano plazo.
También se apunta a una mejor sincronización con países del Mercosur, especialmente Brasil y Uruguay, con quienes las diferencias horarias suelen complicar operaciones bancarias, bursátiles y logísticas.
¿Qué sigue?
El proyecto figura en el temario de la Cámara de Diputados para ser debatido esta semana. Será la primera vez en más de una década que el Congreso retome formalmente el tema del huso horario. Si obtiene media sanción, deberá pasar luego al Senado para convertirse en ley.