En un movimiento clave para su estrategia financiera, Argentina volvió a colocar deuda en los mercados internacionales y obtuvo USD 1.000 millones gracias a una emisión destinada a inversores privados del exterior. Se trata de la primera operación de este tipo en siete años, una señal de reactivación en el vínculo del país con el financiamiento externo.
El instrumento, un bono con vencimiento en 2030 bajo legislación argentina, fue bien recibido por el mercado: se presentaron ofertas por USD 1.694 millones, provenientes de 146 inversores, según informó la Secretaría de Finanzas. Finalmente, se adjudicaron $1,15 billones, equivalentes a los USD 1.000 millones previstos, a un tipo de cambio implícito de $1.150 por dólar.
Los fondos recaudados se destinarán a robustecer las reservas internacionales del Banco Central, uno de los compromisos asumidos por el Gobierno en el marco del acuerdo renovado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pablo Quirno, secretario de Finanzas, subrayó que esta colocación “fortalece las reservas sin incrementar la deuda”, al permitir la refinanciación de vencimientos en moneda local y atraer capitales internacionales hacia instrumentos en pesos.
El bono ofrece un rendimiento anual del 29,5%, un nivel que algunos analistas consideran alto, especialmente en función de la proyección oficial de inflación cercana a cero para 2026. El mercado esperaba una tasa más cercana al 22-23%, aunque la alta demanda podría interpretarse como una muestra de confianza incipiente en la estabilidad macroeconómica futura.
Además, el Tesoro adjudicó otros $8,56 billones en su licitación doméstica habitual, tras recibir ofertas por $9,46 billones. Según Quirno, esto representa un “rollover” del 126,28% respecto a los vencimientos del día y del 100,12% si se incluyen los pagos realizados la semana anterior.
Con esta operación, el Gobierno no solo obtiene divisas frescas, sino que también busca consolidar un mercado de deuda en pesos más profundo y atractivo para el capital internacional, en un contexto donde la recomposición de reservas es crucial para estabilizar la economía.