Argentina oficializó la candidatura de Rafael Grossi para ser secretario general de las Naciones Unidas. A través de un comunicado, la Cancillería expresó su respaldo al actual Director General del OEIA y detalló cuáles son los puntos clave que el diplomático impulsará en caso de ser elegido.
La presentación se realizó este miércoles. Argentina presentó la candidatura de Rafael Grossi para el cargo. El Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica había manifestado su intención de reemplazar a António Guterres y confirmó cuáles serán sus prioridades.
En el texto difundido por el Ministerio de Relaciones Exteriores se señaló: “La República Argentina tiene el honor de presentar la candidatura del Embajador Rafael M. Grossi, actual Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), al cargo de Secretario General de las Naciones Unidas para el período 2027–2031″.
El escrito también destacó la trayectoria del país en el ámbito multilateral: “La Argentina, miembro fundador de las Naciones Unidas, cuenta con una trayectoria extensa y reconocida y mantiene un firme compromiso con los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, en particular con la preservación de la paz y la seguridad internacionales y la promoción de la cooperación entre los Estados”.
Desde el Gobierno remarcaron que Grossi “cuenta con una destacada trayectoria de más de cuatro décadas como funcionario del cuerpo diplomático argentino” y subrayaron su gestión al frente de la OEIA, donde fue reelecto en 2023: “Sus principales logros estuvieron orientados a contribuir a la paz y seguridad internacionales mediante una gestión abierta, eficiente, presente y de resultados evidentes”.
Grossi está hace seis años al frente del organismo encargado de supervisar el uso pacífico de la energía nuclear. Se convirtió en el primer latinoamericano en ocupar ese puesto, un hito dentro de una institución históricamente liderada por europeos y asiáticos.
Formado en Ciencias Políticas en la Universidad Católica Argentina, completó estudios en el Graduate Institute de Ginebra, donde obtuvo una maestría y un doctorado en Relaciones Internacionales e Historia. Con ese respaldo académico ingresó al servicio exterior argentino en 1985, desarrollando desde entonces una carrera marcada por la solvencia técnica y el equilibrio político.
En el comunicado se destacó además: “Su profundo conocimiento del sistema multilateral, su capacidad para promover el diálogo diplomático, su desempeño probado en situaciones de conflicto y graves crisis internacionales como interlocutor imparcial y eficaz, su solvencia técnica y lingüística y su compromiso con la Carta de las Naciones Unidas, lo convierten en un candidato de excelencia para desempeñar las responsabilidades del cargo de Secretario General que el mundo hoy demanda”.
El canciller Pablo Quirno también respaldó la candidatura y afirmó que Grossi “demuestra su gran capacidad de liderazgo ante graves situaciones que afectan la paz y la seguridad internacional”.
Cabe recordar que en agosto pasado el propio titular de la OIEA había confirmado a EFE su intención de reemplazar a Guterres, cuyo mandato concluye el 31 de diciembre de 2026.
Además de Grossi, figuran otros postulantes como Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile; Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo; la ecuatoriana María Fernanda Espinosa; la primera ministra de Barbados, Mia Mottley; la mexicana Alicia Bárcena; y la ex primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern.
La elección final dependerá del Consejo de Seguridad, que recomendará a un único candidato para su votación en la Asamblea General. Los cinco miembros permanentes —Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido— deben coincidir en una misma opción, ya que cualquier desacuerdo puede bloquear el proceso.
La presidenta de la Asamblea General, Annalena Baerbock, sostuvo que el organismo busca una conducción capaz de sostener los pilares centrales de Naciones Unidas. “El mundo espera que la persona elegida brinde dirección firme en paz y seguridad, derechos humanos y desarrollo”, afirmó desde Nueva York, señalando que el liderazgo requerido debe enfrentar desafíos que van desde conflictos activos hasta crisis humanitarias y climáticas.
António Guterres concluirá su mandato el 31 de diciembre de 2026, abriendo el camino para la renovación del cargo.
Los cinco puntos clave que plantea Grossi para la ONU
Según la presentación del propio candidato, la ONU representa “paz a través de la cooperación; dignidad a través del diálogo; y soluciones a través de la solidaridad y la responsabilidad colectiva”. Grossi advirtió que el mundo ya no necesita más declaraciones, sino una organización capaz de actuar con imparcialidad y basada en hechos.
“Incluso en tiempos de división, las instituciones multilaterales pueden generar un impacto real y positivo, siendo responsables, enfocadas, creíbles y profundamente comprometidas en involucrar a aquellos a quienes sirven”, afirmó, remarcando la importancia de la responsabilidad institucional.
A partir de esa premisa, Grossi estableció cinco prioridades interrelacionadas para una ONU renovada. La primera es una acción más eficaz por la paz y la seguridad. Considera que la organización debe recuperar su misión central de salvar a la humanidad del flagelo de la guerra mediante un compromiso temprano y creíble. Propone diplomacia activa y el despliegue de expertos imparciales para que las decisiones se basen en evaluaciones oportunas y fundadas en evidencia.
Para eso, el nuevo Secretario General deberá trabajar estrechamente con el Consejo de Seguridad y mantener un diálogo constante con todos los Estados miembros, incluso entre quienes sostienen posiciones enfrentadas. Este rol, remarca, debe ejercerse “con claridad y cuidado, y con un optimismo renovado y prudente”.
La segunda prioridad apunta al desarrollo mediante soluciones realistas y alianzas colaborativas. Grossi sostuvo que la paz y la seguridad son condiciones esenciales para el desarrollo económico, la innovación, la inversión, la dignidad humana y la acción humanitaria. Sin embargo, advirtió que la Agenda 2030 avanza lentamente: “Con solo el 18% de sus objetivos en marcha, los ODS siguen siendo aspiraciones incumplidas”.
La tercera prioridad es la defensa de los derechos humanos y la dignidad humana. Señaló que la búsqueda de la paz y la seguridad es inseparable de la protección de la dignidad humana, y que los instrumentos internacionales —como la Declaración Universal de los Derechos Humanos— continúan siendo una guía fundamental. Sostuvo que la ONU debe reafirmar este compromiso no solo con declaraciones, sino mediante presencia efectiva en el terreno y mecanismos que permitan respuestas más eficaces ante la discriminación y la violencia.
El cuarto punto remite a la gestión moderna y la renovación institucional. Grossi advirtió que la acumulación de mandatos superpuestos y funciones fragmentadas afecta la eficacia de la ONU. En ese marco, destacó la iniciativa UN80 como punto de partida para un reajuste más amplio que permita alinear la misión de la organización con los recursos disponibles y las prioridades consensuadas.
Por último, la quinta prioridad es un multilateralismo pragmático y basado en principios. En un contexto global de fragmentación e inseguridad, Grossi sostiene que la imparcialidad y el diálogo eficaz son esenciales. El Secretario General, según su visión, debe dialogar con todas las partes, hablar con claridad y actuar con propósito, sobre todo en momentos de desacuerdo.
“El mundo sigue necesitando a las Naciones Unidas. Pero deben ser una Organización de las Naciones Unidas que funcione”, concluyó.








