La Argentina firmó un acuerdo de cooperación aduanera con Estados Unidos y el Gobierno explicó en qué consiste y por qué representa un avance para el sector agroexportador. El titular de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), Juan Pazo, viajó a Washington D. C. para suscribir el convenio, clave para el mecanismo de intercambio de información entre ambas naciones.
El presidente Javier Milei va a viajar a Estados Unidos para el sorteo del Mundial y podría sumarse también el ministro de Economía, Luis Caputo. A una semana de haberse confirmado el acuerdo comercial bilateral, la ARCA concretó la firma del nuevo esquema de cooperación, que transformará la manera en que se comparten datos entre ambos países y podría tener repercusiones sobre el esquema de retenciones.
Desde el organismo tributario celebraron el paso: “Hoy firmamos un convenio de cooperación con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP), un paso clave para profundizar la modernización, la digitalización y la automatización de los procesos aduaneros entre ambos países”.
La firma se concretó con la presencia de Juan Pazo y del director general de Aduanas, Andrés Veliz, junto al subcomisionado Ejecutivo Adjunto de la CBP, Donald R. Stakes, en la capital estadounidense.
“Este acuerdo nos permite fortalecer la coordinación bilateral, potenciar la detección temprana de amenazas y combatir delitos transnacionales, alineando nuestro trabajo con los estándares internacionales de la Organización Mundial de Aduanas”, remarcaron desde ARCA.
Juan Pazo, quien responde políticamente al ministro Luis Caputo dentro del organismo, encabezó el encuentro. Según explicaron, la cooperación con la autoridad aduanera de Estados Unidos ayudará también a reducir tiempos logísticos, mejorar la competitividad del sector privado y avanzar hacia una Aduana totalmente digital, sin trámites presenciales ni papeles.
Este entendimiento era uno de los puntos que el Gobierno ya había anticipado a los sectores agroexportadores con los que mantiene diálogo frecuente. “Trabajarán en intercambiar información sobre el mercado de soja”, señaló una fuente. No obstante, también se aclaró que se trata de un comercio entre empresas que depende de la oferta y la demanda.
Dentro del marco más amplio del acuerdo difundido por la Casa Blanca, Argentina y Estados Unidos se comprometieron a cooperar en la facilitación de inversiones y del comercio de minerales críticos, además de avanzar en la estabilización del comercio mundial de soja. Ese capítulo reavivó lo que en su momento Bessent definió como tax holiday.
En septiembre, y ante la necesidad de dólares para intervenir en el tipo de cambio, el Gobierno había dispuesto “retenciones cero” para los principales cultivos bajo un cupo de USD 7.000 millones, una medida que sólo se sostuvo por menos de tres días. Aquella decisión ocurrió en simultáneo con las negociaciones por el swap de USD 20.000 millones con Estados Unidos y despertó malestar entre los farmers norteamericanos.
“No quieren que la Argentina implemente esquemas que terminen desplazando la soja estadounidense en el mercado chino”, explicó una fuente. Consultados sobre si este escenario podría poner en jaque la baja de retenciones prometida al campo, dentro del Gobierno admitieron que esa meta podría enfrentar dificultades.
Algunos actores del sector agroexportador miran con preocupación la presión estadounidense, aunque el canciller Pablo Quirno insiste en negarlo. “La Argentina mantiene su soberanía impositiva y su decisión sobre su marco regulatorio”, afirmó en una entrevista con A24 ante la consulta sobre eventuales pedidos de la Casa Blanca para sostener las retenciones.
La cooperación aduanera entre Argentina y Estados Unidos no es nueva: se remonta a la década del 90. Washington cuenta con una Unidad de Transparencia Comercial dedicada a identificar tendencias globales y rastrear blanqueos de capital por vía comercial (TBML). Para eso, realiza análisis permanentes del intercambio a partir de la colaboración con unidades similares en otros países.
“Lo que pueden hacer es incluir una cláusula para que el Gobierno argentino deba anticipar cualquier decisión de baja de retenciones, como ocurrió en septiembre”, apuntó una fuente conocedora del funcionamiento de ARCA.
Por la expectativa de un acuerdo entre Estados Unidos y China, la tonelada de soja en Chicago ya supera los USD 400.
Líneas de crédito para ARCA
En paralelo, y frente a la necesidad de divisas del equipo económico, la ARCA accedió a distintas líneas de financiamiento con organismos internacionales para avanzar con su proceso de modernización.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un crédito por USD 1.200 millones para el fisco nacional. De ese total, USD 800 millones se destinarán a respaldar reformas tributarias orientadas a mejorar la eficiencia y la equidad del sistema impositivo. Entre las medidas previstas figuran la simplificación en la declaración del IVA y del Impuesto a las Ganancias personales.
A su vez, el Banco Mundial dio luz verde a un proyecto de USD 300 millones para optimizar la eficiencia, la transparencia y la eficacia de la administración tributaria argentina mediante la simplificación de trámites, la automatización de procesos y una mejor provisión de información al contribuyente. En su momento, fuentes oficiales de ARCA no pudieron precisar cuál sería el uso específico de esos fondos.








