La tecnología wearable, que integra dispositivos inteligentes en accesorios cotidianos, sigue evolucionando, y los anteojos inteligentes se están convirtiendo en una herramienta clave en esta transformación. Estos dispositivos ofrecen una combinación de conectividad avanzada, comodidad y funciones interactivas que facilitan la vida cotidiana.
Equipados con cámaras de alta resolución, los anteojos inteligentes permiten capturar imágenes y videos desde una perspectiva única, sin necesidad de sostener un dispositivo. Muchos modelos incluyen asistentes de voz que permiten acceder a información, realizar búsquedas o controlar funciones sin usar las manos. Además, su conectividad mediante Wi-Fi y Bluetooth garantiza una transmisión fluida de contenido y comunicación.
Estos dispositivos son especialmente útiles para creadores de contenido, profesionales y personas activas que necesitan mantenerse conectadas mientras realizan otras actividades. Los usuarios pueden atender llamadas, escuchar música o recibir indicaciones sin necesidad de auriculares, gracias a los altavoces integrados en las patillas.
El mercado de los anteojos inteligentes sigue creciendo, con modelos como Solos AirGo Vision, que incorpora inteligencia artificial para realizar búsquedas visuales; Looktech AI Glasses, con cámara de 13 MP y asistentes integrados; y Xiaomi Smart Glasses, que apuestan por la realidad aumentada.
Recientemente, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, fue vista en Roma utilizando unos Ray-Ban Meta Skyler durante su visita al funeral del Papa Francisco. Estos lentes le permitieron grabar videos, tomar fotos y hasta traducir idiomas en tiempo real, gracias a la inteligencia artificial integrada. Su uso generó debate sobre la privacidad y el impacto de estos dispositivos en contextos oficiales.
Más allá de la tecnología, los anteojos inteligentes están cambiando la forma en que las personas trabajan, se comunican y acceden a la información. Su integración cada vez más natural en la vida cotidiana plantea la pregunta: ¿estamos ante el futuro de la conectividad digital?