El Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares es una iniciativa impulsada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de lograr un mundo libre de este tipo de armamento. La efeméride busca concientizar sobre los riesgos que implican y recordar la urgencia de avanzar hacia el desarme nuclear global.
Antecedentes del desarme nuclear
El compromiso de la ONU con este tema tiene larga data: en 1946, apenas un año después de los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki, la primera resolución de la Asamblea General ya incluyó la necesidad de controlar y eliminar las armas nucleares. Desde entonces, el tema ha estado presente de manera recurrente en los debates entre los países miembros.
Un paso clave se dio el 7 de julio de 2017, cuando se adoptó el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, considerado un avance histórico hacia la construcción de un mundo más seguro. Sin embargo, el tratado todavía enfrenta obstáculos, ya que las principales potencias nucleares —incluido Estados Unidos— no lo han ratificado. Esto genera que, en la práctica, el acuerdo carezca de eficacia plena.
A pesar de los esfuerzos internacionales, actualmente existen alrededor de 14.500 armas nucleares en el mundo. Además, los países que las poseen continúan destinando enormes recursos a programas de modernización de sus arsenales.
¿Qué son las armas nucleares?
Las armas nucleares son artefactos de destrucción masiva que generan una explosión de enorme poder a partir de la energía nuclear. Sus orígenes se remontan a los años 30, en el marco de las investigaciones sobre la fisión nuclear y el desarrollo científico que luego se trasladó al terreno militar durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.
El físico húngaro Leó Szilárd fue uno de los pioneros en comprender que las reacciones en cadena podían liberar cantidades colosales de energía. En 1934, solicitó la patente de este hallazgo con la intención de evitar que se convirtiera en un arma, pero su decisión de cederla al Almirantazgo Británico no impidió que el conocimiento terminara siendo utilizado con fines bélicos.
El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó la primera bomba atómica sobre Hiroshima, que provocó la muerte inmediata de unas 80.000 personas. Tres días después, una segunda bomba cayó sobre Nagasaki, marcando un antes y un después en la historia de la humanidad.

Ciencia para la vida, no para la guerra
La intención original de muchos científicos que investigaban la fisión nuclear era encontrar fuentes de energía alternativas, no crear armas. Gracias a esos avances, hoy existen centrales nucleares que proveen electricidad a millones de personas y tecnologías derivadas que han tenido impacto en la medicina y en la exploración espacial.
Un ejemplo es el generador de radioisótopos, que permitió a sondas como las Voyager seguir enviando información a la Tierra incluso a distancias donde ya no llegan los rayos del sol.
Países con armas nucleares
De manera oficial, nueve países poseen armas nucleares en la actualidad, aunque Estados Unidos y Rusia concentran el 92% del total.
- Estados Unidos: 7.700 cabezas nucleares
- Rusia: 8.500
- Reino Unido: 225
- Francia: 300
- China: 250
- India: 90–110
- Pakistán: 100–120
- Israel: 80
- Corea del Norte: unas 10, aunque se lo considera uno de los focos de mayor riesgo por su inestabilidad política
Cómo conmemorar la fecha
El llamado de la ONU es claro: la mejor forma de conmemorar este día es sumar la voz ciudadana al reclamo global por el desarme nuclear.
Además, se invita a reflexionar sobre el uso de energías renovables y sostenibles que puedan reemplazar la dependencia de la energía nuclear, cuya utilización bélica ya demostró consecuencias devastadoras.
El desafío es enorme, pero la meta es vital: asegurar un futuro en el que la amenaza de un desastre nuclear no pese sobre la humanidad.








