Día del Nutricionista: ¿por qué se celebra el 11 de agosto?

Es en homenaje al nacimiento del Dr. Pedro Escudero (1877-1963), médico argentino pionero en el campo de la nutrición. Con el tiempo, la fecha se extendió a gran parte de América Latina, como reconocimiento a estos profesionales que promueven la salud y el bienestar a través de una alimentación adecuada.

Cada 11 de agosto se celebra en Argentina el Día del Nutricionista en homenaje al nacimiento del Dr. Pedro Escudero (1877-1963), médico argentino pionero en nutrición. Esta fecha, adoptada por gran parte de América Latina, busca reconocer la labor de los profesionales en nutrición y dietética, quienes cumplen un papel clave en la promoción de la salud y el bienestar a través de una alimentación equilibrada.

El mundo se encuentra ante una epidemia de obesidad que abarca a todos los estratos sociales, pero con un mayor incremento en las poblaciones de menos recursos. En la Argentina, según los datos de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2013, las cifras de sobrepeso y obesidad han crecido significativamente: el 20% de los argentinos presenta obesidad, y 6 de cada 10 tienen sobrepeso.

La obesidad es un factor que aumenta el riesgo cardiovascular, especialmente cuando el tejido adiposo se localiza a nivel abdominal. La grasa visceral favorece el aumento del azúcar y los triglicéridos en la sangre, y también se asocia con un descenso del HDL (“colesterol bueno”), con la aparición de resistencia a la insulina y de hipertensión arterial.

La mejor estrategia para cuidar el corazón y bajar el riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes es mantener un peso adecuado, realizar actividad física regularmente y seguir un plan alimentario que incluya la combinación de verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, lácteos descremados, carnes magras –especialmente pescado-, aceite de oliva y frutos secos.

Para lograr un peso adecuado es fundamental adoptar un hábito alimentario variado, que incluya todos los grupos de alimentos y contemple siempre el tamaño de la porción. La clave es que el plan se adapte a las necesidades y características de cada persona y, fundamentalmente, que pueda ser sostenido en el tiempo.

En concordancia con este concepto, los médicos Rena Wing y James Hill, de la Universidad de Colorado, realizaron una investigación sobre las personas que bajaron significativamente de peso en Estados Unidos para identificar las características del “paciente exitoso”, es decir, aquel que ha logrado descender el 10% de su peso inicial y mantenerlo al menos durante un año.

Tras un seguimiento de casi 4.000 personas durante más de cinco años, los investigadores del National Weight Control Registry encontraron que los “pacientes exitosos” habían sido quienes realizaban actividad física diariamente, comenzaban el día con un desayuno, mantenían un estilo alimentario saludable durante toda la semana -incluidos sábados y domingos- y limitaban el tiempo de TV a menos de 10 hs por semana.

A partir de estos estudios, se sabe que los pacientes que tienen éxito para mantener un descenso en el peso son quienes muestran predisposición a cambiar el estilo alimentario y a incorporar el ejercicio como parte de la rutina diaria, logrando así una mejor calidad de vida.

¿Qué es un nutricionista y cuál es su función?

El nutricionista es un profesional de la salud especializado en nutrición y dietética, capaz de evaluar las necesidades de cada persona y crear planes alimenticios personalizados. Aunque muchas personas lo asocian solo con “dietas para bajar de peso”, su trabajo abarca un campo mucho más amplio.

Funciones principales del nutricionista

  • Evaluación individualizada: Antes de recomendar cualquier plan nutricional, el nutricionista realiza una evaluación completa del estado de salud del paciente. Esto incluye revisar su historia médica, hábitos alimenticios, preferencias y necesidades específicas.
  • Diseño de planes nutricionales: Con la información recopilada, el nutricionista crea un plan alimenticio a medida que se adapte a las necesidades y objetivos del individuo. Este plan incluye la selección adecuada de alimentos, el control de porciones y la distribución de nutrientes para asegurar una dieta equilibrada.
  • Educación nutricional: Además de proporcionar un plan nutricional, el nutricionista educa a sus pacientes sobre la importancia de una alimentación saludable y cómo tomar decisiones inteligentes en su día a día. Esto empodera a las personas para que sean conscientes de su alimentación y tomen decisiones informadas.
  • Prevención y manejo de enfermedades: Los nutricionistas también desempeñan un papel crucial en la prevención y manejo de enfermedades crónicas, como la diabetes, la obesidad, enfermedades cardiovasculares y otras. Sus recomendaciones nutricionales pueden mejorar el control de estas condiciones y reducir los riesgos asociados.
  • Asesoramiento en nutrición deportiva: Los atletas y personas físicamente activas pueden beneficiarse enormemente del asesoramiento nutricional para optimizar su rendimiento, recuperación y prevenir lesiones.
  • Promoción de hábitos saludables: El nutricionista es un motivador y promotor de hábitos alimenticios saludables. Su enfoque no se centra solo en resolver problemas existentes, sino en fomentar la prevención y el bienestar a largo plazo.

Importancia del nutricionista en la salud pública

El nutricionista cumple un rol estratégico en la salud pública, ya que su trabajo impacta directamente en la prevención de enfermedades, la promoción de hábitos saludables y la mejora de la calidad de vida de la población.

En un contexto donde las enfermedades crónicas no transmisibles —como la obesidad, la diabetes tipo 2, la hipertensión o las enfermedades cardiovasculares— representan un desafío global, el aporte del nutricionista es clave. Su intervención no solo ayuda a tratar estos problemas, sino también a prevenirlos, reduciendo así el gasto sanitario y mejorando el bienestar general.

Entre sus aportes más importantes a la salud pública se encuentran:

  • Diseño de programas de alimentación saludable para escuelas, hospitales y comunidades.
  • Educación masiva en nutrición, generando conciencia sobre la importancia de una dieta equilibrada.
  • Intervenciones comunitarias para combatir la malnutrición, tanto por déficit como por exceso.
  • Promoción de políticas alimentarias que favorezcan el acceso a alimentos nutritivos y seguros.
  • Colaboración interdisciplinaria con médicos, psicólogos, docentes y entrenadores para un abordaje integral de la salud.

En definitiva, la labor del nutricionista trasciende la consulta individual: es un agente de cambio que incide en la alimentación y el estilo de vida de comunidades enteras, con un impacto positivo que se proyecta en el tiempo.


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